Mil 800 kilómetros de desierto separan el África árabe del resto del continente, denominado también “África negra” por su composición étnica; ahí se encuentra el corazón de la tierra. La barrera que supone el Sáhara, el gran desierto, ha provocado que las ricas culturas africanas se encuentren poco influenciadas por el ajetreo del Mediterráneo. También en esta zona geográfica logró sobrevivir la megafauna que no corrió con la misma suerte en el resto de los continentes.
Etiopía, la tierra de la reina Sheba, adquiere su nombre del vocablo griego etíope, “de cara quemada”. Tiene la historia milenaria de un país que sobrevivió a la colonización europea. Su capital, Addis Abeba, fue construida en 1886. Entre sus puntos de interés se encuentran la Catedral de la Trinidad, su Museo Nacional y el mercado abierto.
Antes de Addis Abeba, la capital de Abisinia (otrora nombre de Etiopía) durante la época medieval fue Lalibela. Aquí se encuentran once iglesias construidas en una sola pieza por piedra, entre las que destacan Bet Golgotha, Bet Mikael, Bet Mariam, Bet Meskel, Bet Danaghel y Bet Medhane Alem. Esta última es considerada la más bella, de estilo griego. Dichas iglesias talladas en piedra fueron incluidas en 1978 como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Otros imperdibles dentro de territorio etíope son las cataratas Azules del Nilo, conocido localmente como Tissiat, en la localidad de Amhara. Además de Bahir Dar, una de las ciudades más atractivas de Etiopia, localizada en la costa sur del lago Tana, el más grande del país.
Al sur, nos ubicamos en Kenia (“montaña luminosa”) uno de los países más biodiversos del mundo. Aquí se encuentra la reserva de Sweetwaters, donde se ubica una de las mayores concentraciones de animales de África, así como un gran número de rinocerontes negros y un santuario de chimpancés.
Un espectáculo natural ocurre en los meses de julio a octubre en el sistema Masai Mara-Serengeti. Dichas áreas naturales protegidas se encuentran en los límites de Kenia con la República Unida de Tanzania (Tangañica y Zanzíbar, antiguas colonias británicas, al igual que Kenia). En dichas sabanas se pueden divisar elefantes, búfalo, miles de impalas y gacelas en busca de pastos frescos, además de leones y otros carnívoros que los siguen. Ngorongoro, un cráter de 10 millas de diámetro, es otro gran santuario para la fauna africana. En medio de la majestuosidad de estos parques nacionales, se puede disfrutar la experiencia de alojarse en campamentos de lujo. Cómo experiencia adicional, conoce una aldea Masai para descubrir las costumbres ancestrales de estos otros habitantes del Este de África.
África Subsahariana; el alma del mundo
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