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Fiordos noruegos, un lugar onírico fuera de éste mundo

Oslo - Bergen, Nærøyfjorden

 

Existen más de mil fiordos en Noruega, engañosos de tan parecidos a pacíficos lagos azules en cuya agua salada se advierte una extensión del mar, algunas veces con cascadas y otras con una suerte de glaciares que parecen nunca derretirse, creados a partir de una sucesión de varias eras de hielo que han permanecido inamovibles desde los primeros datos en que se registra el paso de la humanidad. En la superficie imperan las focas y surcan el cielo las águilas, parece mítico relatar que en sus profundidades nadan las ballenas.

Sobra decir que te encontrarás cara a cara con todos los contrastes, desde solitarios arrecifes atrapados en la memoria que permanece viva y tangible, hasta la cosmopolita Noruega, con la que bastará recorrer un pequeño trayecto en carretera. Será sencillamente inexplicable haber atravesado de uno a otro punto, así que para saber de lo que te hablo tendrás que vivirlo.

Fotografía Stiller Beobachter

Fotografía Stiller Beobachter

 

Lo convencional es iniciar desde los pequeños pueblos hasta llegar a la costa oeste, maravillándose pausadamente con sus  múltiples islas, pero si quieres cautivarte con toda la sazón de una buena aventura, puedes comenzar tu viaje en Bergen y emprender el viaje en tren hacia las montañas o embarcarte en un  buque costero en la ruta que lleva hacia el Ártico.

Los fiordos bien pueden disfrutarse a sabiendas de ir en búsqueda de recovecos ávidos de ser explorados, así como en el frenético deseo de más adrenalina y querer recorrerlos en prácticas como el buceo, kayak o la pernocta en un camping después de un día de pesca.

 

Los sutiles inviernos se encuentran comúnmente libres de hielo, aun cuando lo más gélido se aproxima, esto gracias a la corriente cálida del Golfo, una vez en lo más alto y yendo hacia el interior, encontrarás abundante nieve lista para ser capturada por tus ojos y regalarte la mejor experiencia ya sea a pie o a bordo de tus esquíes.

El fiordo de Lyse es la parada inicial obligada, todos los días salen barcos desde el puerto de Stavanger para recorrer las aguas de Lyse tal como si estuvieras inserto en una pintura de la que tendrás que convencer a tus ojos para darse cuenta que es completamente real.

 

En el verano el verde contrasta con oscuras aguas y glaciares bañados de blanco. Los intrépidos vikingos que hace mil años poblaron éste territorio, sin duda aprendieron a sumergirse en sus laberínticas profundidades donde ahora se sitúa Bergen, puerta de acceso al Sognefjord, considerado el fiordo más profundo, largo y hermoso de Noruega, ya que, en uno de sus brazos, Aurland, se resguardan los paisajes más vírgenes de la costa escandinava.

 
Fotografía Kamill Poremblinski

Fotografía Kamill Poremblinski

  Bergen el medioevo Además de poseer los nombres más impronunciables para sus visitantes de habla hispana, el barrio de Bryggen y sus encendidos colores tienen en su haber el título de Patrimonio de la Humanidad y se caracteriza por ser una ciudad muy viva, algo que podrás notar en Torgalmenningen y el mercado de pescado al aire libre. Si tu visita es en verano, serás testigo de terrazas abarrotadas de gente con charlas al sol acompañadas de cerveza. Así también verás el funicular Floibanen que te lleva hasta un mirador a 320 metros de altura, brindándote una postal indescriptible del puerto encallado en sus 7 fiordos.  

Relatos de hadas hechos cascadas

Al norte de Bergen, a unos 350 kilómetros de distancia se sitúa Ålesund, otro puerto pesquero en el que se erige el Geirangerfjord, también incluido en el Patrimonio Mundial. A bordo del transbordador que enlaza las poblaciones de Geiranger, Hellesylt y Valdall se aprecia una vista de tres cascadas con nombres de dignos de un cuento de hadas: El velo nupcial (Brudesløret) que es la más alta. Las siete hermanas (De syv søstrene), conformada por 7 torrentes; y El pretendiente (Friaren), con forma de botella, se cuenta un relato que narra que un joven que festejaba a las siete hermanas y ser ignorado por todas se tiró a los excesos del alcohol.

 
Fotografía Narve Botnen

Fotografía Narve Botnen

 

Previo al retorno hacia Oslo, será imprescindible que pasees por los alrededores de Ålesund y contemples con toda calma la gama de azules de sus aguas, naranjas en el cielo y verdes en todo su esplendor de la tarde.

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